ANTARTIC SNOW CRUISER
Pensando en una mejor movilización y seguridad de expedicionarios que viajen a la Antártida, así como el tener vehículos que reemplazaran a los tradicionales trineos tirados por perros o hasta caballos, el científico Thomas Poulter creó y desarrolló el ANTARTIC SNOW CRUISER, entre 1937 a 1939.
El resultado de esta idea fue un mastodóntico vehículo, dotado de grandes ruedas ( de varias toneladas de peso cada una), con espacio suficiente para mantener en su interior a una tripulación de hasta 5 personas, quienes podrían trabajar con seguridad y protegidos del inclemente clima de aquellas regiones del mundo. El Snow Cruiser llevaba un pequeño aeroplano Beach 17 “Staggerwing” en su parte superior.
El pesado camión tenía una longitud de más de 16 m, 4.50 m
de altura y una anchura de 6.10 m. Se implementó una serie de adelantos e
innovaciones tecnológicas que se suponía iban a facilitar el desplazamiento del
inmenso vehículo, permitiéndole también superar las grandes grietas en el
hielo, comunes en la superficie del helado continente.
El S.C. tenía una capacidad de más de 9 mil litros de combustible (con 3800 l para la aeronave), que le permitían una autonomía de hasta 8 mil km, sin necesidad de repostar. El peso del vehículo alcanzó las 34 tns, pudiendo alcanzar hasta 45 km/h de velocidad.
Viéndose una maravilla en el papel, sin embargo desde el
principio el S.C. evidenció inconvenientes, empezando por su gran tamaño, que fueron
confirmados cuando se decidió conducirlo ya armado desde Chicago a Boston, para
allí embarcarlo en el navío North Star y participar en una de las expediciones
del conocido explorador almirante Richard Byrd a la Antártida. Su paso por varias
poblaciones que atravesó originó problemas de tráfico, presentando también
algunos inconvenientes mecánicos que fueron solucionados sobre la marcha.
Luego de dos meses de viaje a la Antártida, mientras se
intentaba bajar al vehículo desde el barco, la rampa sufrió daños y aquel casi
cae al agua. Ya en tierra se evidenció que el peso del camión no era soportado
por la nieve que, debido a la época del año del viaje, no era tan compacta,
hundiéndose hasta 60 cm e impidiendo el avance del vehículo. Esto, aunado a
otros problemas que presentó el camión, resultó en ser un obstáculo para el
normal desenvolvimiento de la expedición de Byrd. Incluso se intentaron medidas
desesperadas, como conducir el camión en marcha atrás.
Corría el año 1941, la Segunda Guerra se había generalizado
a escala global, y ya el proyecto dejó de percibir cualquier ayuda inicial por
parte del gobierno de EEUU. Finalmente se decidió abandonar al vehículo en la Antártida,
siendo visto por última vez en 1958 sepultado por la nieve. Porteriormente ya
no se lo pudo encontrar, especulándose que quizá la masa de hielo donde quedó,
se separó y el vehículo se perdió en el mar.
Comparto una ilustración de mi autoría, elaborada con
bolígrafos y lápices Prismacolor.
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